La profesionalización en nuestras PyMEs

Cuando uno piensa en PyMEs argentinas, vienen a la mente palabras como intuición, pálpito, olfato comercial, habilidad para llevar adelante proyectos en condiciones económicas generales adversas, instinto de supervivencia en épocas turbulentas, entre otras. Son características diferenciadoras de nuestras PyMEs, que las podemos resumir con la expresión “visión de negocio”. 

De todos modos, es menos habitual encontrar en ellas otro tipo de características que contribuyen al éxito tales como formalización de procedimientos, incorporación de tecnología, uso de la información para decisiones, organización y controles internos, entre otros. La expresión “profesionalización” es el denominador común de estas características.

Se puede citar el caso de Italia, que también tiene como Argentina, un conjunto de PyMEs muy importante en el global de la economía, como un ejemplo mundial de pequeñas empresas profesionalizadas. Los casos emblemáticos son los talleres o producciones artesanales que logran exportaciones de alto valor agregado, de la mano de un proceso de profesionalización previo.

De todos modos, la profesionalización no es patrimonio exclusivo de grandes empresas ni de PyMEs italianas. También existen numerosos casos de PyMEs argentinas. Pero aun hay mucho por recorrer en materia de profesionalización en nuestro país, para ser mas competitivos, tener mejor llegada a los mercados mundiales, retener talentos y hacer un aprovechamiento mas provechoso de la tecnología disponible.

Claramente, no hacemos ningún comentario novedoso aduciendo que la combinación entre “visión de negocio” y “profesionalización” es una receta para el éxito empresarial. 

En nuestra actividad como facilitadores del proceso de profesionalización de nuestras PyMEs, podemos decir con orgullo, que hemos asistido a muchas empresas de nuestro país, durante más de 10 años, en este proceso. Potenciamos la visión de negocio de nuestros clientes, haciendo aportes concretos y tangibles para llevar la empresa a otro nivel: 

  1. se inicia apuntalando la organización interna, generando procesos administrativos claros, optimizando recursos humanos y materiales, balanceando tareas, aplicando mejores controles internos. 
  2. se evalúa el uso de software de gestión administrativa, se busca poner en valor y aprovechar al máximo el que tiene la empresa o buscar implementar alguna alternativa superadora, según convenga en cada caso. El propósito es absorber planillas y registros complementarios, automatizar procesos de carga, registrar absolutamente todo y en un solo lugar y hacer un uso más extensivo de la tecnología
  3. Un subproducto importante del paso anterior, es una base de datos completa. Que se puede aprovechar con diferentes alternativas de software, para crear tableros y visualizaciones de información, que permitan responder preguntas generales como: tuve resultados económicos positivos en mi negocio? Donde está el dinero? Cuanto subieron los gastos? Hay una diferencia no menor entre responder estas preguntas con tiempo y esfuerzo de preparación y hacerlo en tiempo real, usando tecnología, sin esfuerzo humano.
    La reducción de los tiempos de preparación, la fiabilidad de la información, hace que el empresario mejore su proceso de toma de decisiones, conozca mejor la evolución y situación de su empresa y se anticipe a tendencias.
  4. Otra consecuencia positiva de tener una buena base de datos, es generar cimientos para hacer Inteligencia de Negocios. Tener un panorama actualizado de clientes perdidos (para hacer acciones de recupero), monitoreo de rubros, productos, vendedores, con datos generales y de detalle, evolución general y particular de ventas, evolución de costos, precios y gastos, entre otros. La empresa que conoce esta información y la usa, puede mejorar su facturación u optimizar gastos, gracias al análisis.

A esta altura, parece claro que la empresa que decide profesionalizarse, y la combina con su visión de negocio, tendrá mayores chances de ser menos afectado por las turbulencias del entorno, de tener cimientos sólidos para el crecimiento y de tomar mejores decisiones que culminen en mayor rentabilidad.